lunes, 7 de marzo de 2016

Discriminación positiva: no pero sí



La presencia de mujeres en las instituciones políticas y las empresas debe responder exclusivamente a sus méritos y capacidades. Esta es la opinión mayoritaria de la sociedad española según el ‘Estudio de actitudes y percepciones sobre la desigualdad de género en España’ (2016) que ha realizado Metroscopia. A poca distancia de esa opinión predominante está la de quienes piensan que, además de los méritos y capacidades, debe garantizarse una representación mínima de mujeres en esos ámbitos.

Es entre los hombres y votantes de Ciudadanos y del PP donde más peso tiene la idea de que deben ser exclusivamente los méritos y las capacidades los que han de tenerse en cuenta independientemente del género.



Pero estos datos no deben ser interpretados de forma concluyente. Respecto a la exclusividad de los méritos y capacidades, es significativo el alto porcentaje de mujeres y votantes de partidos de izquierda que no están de acuerdo en las cuotas por sexo.



A pesar de que el 92% de la ciudadanía afirma que todavía falta mucho para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres, los españoles no reconocen en la fórmula de la paridad una herramienta que sirva para alcanzar esa igualdad.

Los mecanismos de discriminación positiva son relativamente nuevos en nuestro país. Los países nórdicos, por ejemplo, empezaron a exigir en sus parlamentos la cuota por sexo a principios de los años 90. Diecisiete años después, en España, se reformó ligeramente la ley electoral para garantizar una representación mínima de mujeres (40%) en la vida política. Casi una década después del 2007, el Congreso y el Senado podríamos decir que han alcanzado la meta. En la actual legislatura en el primero la presencia de mujeres es del 39,4% y en el segundo ya alcanza el 40,7%.




Los cambios son mucho más lentos dentro del mundo empresarial. La Ley de Igualdad de 2007 establecía -de manera no vinculante- un mínimo del 40% de presencia femenina en los consejos de administración y puestos directivos, sin embargo*:
solo una de cada cuatro empresas españolas cuenta con más de un 40% de representación femenina en sus consejos de administración;
  • más de dos tercios de las compañías no tienen ninguna mujer entre sus puestos directivos; 
  • las compañías cuya presidencia la ocupa una mujer tan solo representan el 17% del total; y 
  • al frente de las compañías del IBEX 35 solo hay tres mujeres: Ana Patricia Botín (presidenta ejecutiva del Banco Santander), María Dolores Dancausa (consejera delegada de Bankinter) y Vanisha Mittal (consejera ejecutiva ArcelorMittal, cuyo Estado de origen es Luxemburgo). 



Es un hecho que las mujeres no logran romper ese ‘techo de cristal’. La falta de presencia femenina en estos ámbitos de representación no se debe a su falta de méritos y capacidades sino a sus circunstancias personales, esas que las llevan a tomar decisiones en las que no deciden priorizar su carrera profesional. Y esa es, precisamente, la cuestión: esa especie de hilo invisible que hilvana a las mujeres a las responsabilidades familiares y al ámbito doméstico como si, en última instancia, si hay que elegir, fueran ellas las que deben hacerlo.

Pero, ¿son las mujeres las que eligen en función de sus circunstancias personales? o ¿éstas ‘caen’ en ellas porque socialmente se sobreentiende que -por el hecho de ser las mujeres- son quienes mejor lo van hacer? Los datos de opinión pública de nuestro estudio ofrecen una pista muy clarificadora: solo el 18% de los hombres dice realizar, siempre o normalmente, todas las tareas domésticas en el hogar mientras que en el caso de las mujeres, es el 66% (dos de cada tres) el que las asumen siempre normalmente.


Las cuotas por sexo, la llamada paridad, quizá no son la herramienta perfecta para alcanzar la igualdad, es debatible. Pero hasta el momento es la única que se ha demostrado eficaz. Para el 88% de los españoles la desigualdad de género es algo provocado más bien por una herencia cultural que por el hecho de que entre hombres y mujeres haya diferencias biológicas que la justifiquen. Algo tan arraigado es difícil transformarlo sin forzar el cambio, sin discriminar en positivo.


* Datos del estudio “Presencia de las mujeres en la empresa española”, realizado por Informa D&B
Sondeo efectuado mediante entrevistas telefónicas a una muestra nacional de personas mayores de 18 años. Se han completado 2.502 entrevistas, estratificadas por la intersección hábitat/Comunidad Autónoma y distribuidas de manera proporcional al total de cada región, con cuotas de sexo y edad aplicadas a la unidad última (persona entrevistada). Partiendo de los criterios del muestreo aleatorio simple, para un nivel de confianza del 95.5% (que es el habitualmente adoptado) y en la hipótesis más desfavorable de máxima indeterminación (p=q=50), el margen de error de los datos referidos al total de la muestra es de ± 2.0 puntos. La recogida de información y el tratamiento de la misma han sido llevados a cabo íntegramente en Metroscopia. Fecha de realización del trabajo de campo: del 14 al 25 de enero de 2016.