martes, 31 de octubre de 2017

¿Quién acosa a las putas?

Manifestación de prostitutas bajo el lema 'Madrid me multa', el 15 de febrero de 2014. JOHANNES MAHN

Sistemáticamente silenciadas. Se habla de ellas y, por supuesto, por ellas. Lo hacemos todas. No es que permanezcan calladas, tal y como reza la “putofoba” expresión “callada como una puta”. Es que cuando hablan, y lo hacen de aquello que no sirve para nutrir el argumentario de quienes piden abolir la prostitución o de quienes están a favor de regularla, no interesa lo que dicen. Son parte de los rastrojos, de la periferia de los temas que políticamente interesan. El estigma que lastran, las precede.

Las putas, las mujeres que ejercen la prostitución, las trabajadoras sexuales... (este es uno de los temas donde el uso del lenguaje no puede hacerse a la ligera) experimentan multitud de situaciones cotidianas en las que sus derechos como mujeres, ciudadanas, personas, son vulnerados. Sus experiencias y realidades están soterradas (o son utilizadas) en un debate que las atraviesa continuamente, el debate de si la prostitución es en sí una forma de violencia contra la mujer o puede entenderse (bajo condiciones de voluntariedad) como un tipo de actividad laboral.

martes, 17 de octubre de 2017

¿Por qué a la derecha española le gusta tanto el verbo adoctrinar?



Manifestación de Hazte Oír en Madrid. EFE
No hay mejor defensa que un buen dogma y el de que los niños y niñas son adoctrinados por la izquierda, los radicales y los desviados, es un clásico al que vamos a tener que acostumbrarnos. La derecha en España, tanto la más conservadora como la neoliberal, ha leído a Noam Chomsky y ha descubierto en el octogenario lingüista norteamericano una fuente de inspiración. “Si no puedes con ellos, usa sus argumentos”, deben haber pensado. (Nótese la ironía)
La tesis del ‘adoctrinamiento’ en boca de quienes honran el orden, la disciplina y el (auto) control no debe sorprendernos. Como buen clásico (y buen dogma) es previsible que se vocifere cada vez que los defensores de la unidad -sea esta la de la patria, la cultural o la familiar- necesiten blindarse ante la diferencia, la diversidad, la disidencia o la disparidad. Para ellos, la universalidad de los derechos y libertades es un ataque mortal (y moral) a los credos en los que se sostiene el sistema del que extraen sus privilegios y un trato especial.

martes, 3 de octubre de 2017

Ni vagos ni perdidos

Una de las manifestaciones convocadas por el colectivo 'Juventud Sin Futuro'.
Una cosa es la impotencia que provoca el desánimo y la frustración y otra, muy distinta, es que la gente joven viva despreocupada de la situación a la que se enfrentan cada mañana cuando se levantan. No es verdad que a las chicas y chicos entre 16 y 29 años todo les dé igual, pero en ellos predomina el desaliento. No es para menos, la altísima tasa de desempleo juvenil en España no es fruto de que los jóvenes no quieran trabajar sino, más bien, de que no les quieren contratar. Y cuando lo hacen, es a través de fórmulas precarias y mediando bonificación para el empleador.

Entre los países de la OCDE, España lidera el ranking de paro juvenil con casi un 40% de jóvenes desempleados. Una cifra que triplica la media de ese selecto ‘club de países ricos’. Los últimos datos publicados ayer, ahondan en el diagnóstico: en el mes de septiembre el paro juvenil aumentó un 11,8% y cuatro de cada diez nuevos parados son mujeres menores de 25 años.