miércoles, 20 de julio de 2016

Nadie hablará de ellas cuando hayan muerto: las porteadoras de Melilla

Jornada de transporte de mercancías en la frontera, Melilla /Foto: Violeta Assiego
A diferencia de lo que pasa con el delito de contrabando, el término comercio atípico carece de definición legal. Con esta expresión, en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se describe el transporte de mercancías que se lleva a cabo en la frontera sur de Europa. Una actividad en la que, sobre la espalda de las personas –principalmente de origen magrebí y mujeres–, se llevan (de España a Marruecos) fardos que pueden llegar a pesar hasta 70 kilos por bulto.

A pesar de que el comercio atípico no está regulado, tiene un calendario laboral, horarios, salarios y lugar de realización. En el caso de Melilla, se produce de lunes a jueves, de 9h a 12h de la mañana y en los puestos fronterizos de Barrio Chino(principalmente) y Farhana. Fuera de ese margen no es posible desarrollar actividad similar ni que se le parezca. Al día, por jornada, pueden llevarla a cabo (al menos) medio millar de personas.

domingo, 10 de julio de 2016

Ser gay en Melilla

Marcha del Orgullo Norte de África en Melilla / Foto: Violeta Assiego
Ustedes deberían conocer Melilla.

En estos tiempos donde la realidad es virtual o no es, tras una semana en este lugar mínimo, reivindico como fuente de información el modelo tradicional de conversación. Y en su defecto, el de estar en los sitios sin pantalla táctil de por medio.

Ayer se celebró la única marcha del Orgullo que tiene lugar en el norte de África y tuvo lugar en España, en Melilla. A pesar de ser un acto anunciado en la web de la ciudad y cuyo cartel se encontraba en la puerta de muchos locales, apenas llegamos a ser unas treinta personas las que salimos de la sala Manhattan (en el puerto) dirección al centro. La charanga The Guiris Bandpuso la música y la Asociación Melillense de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (AMLEGA) echó el resto.

domingo, 3 de julio de 2016

Esos días de fiesta en los que todo el mundo es muy gay

Ted Eytan ©
Madrid se llena de Orgullo y… satisfacción. Sus calles más céntricas, los edificios institucionales, el metro (no solo de Chueca), la publicidad de las marcas más friendly y hasta ONGs que trabajan en la exclusión social… Todos han levantado la bandera (arcoíris) para declarar su amigamiento con el colectivo LGBTI. ¡Bravo!

Obviamente esto es una fiesta, y no es momento de promover medidas significativas que escenifiquen ese compromiso como auténtico y real. Ya habrá momento para que, por ejemplo, el Ayuntamiento anuncie la inclusión de cláusulas en los contratos públicos que bonifiquen a las empresas que promuevan, respeten y garanticen los derechos de las personas LGBTI; o para que la Comunidad de Madrid exija a los centros escolares concertados que integren sin excusas la diversidad familiar que tan sesgada queda por proyectos que priman valores religiosos por encima de derechos; ni por supuesto es momento para que las empresas adopten medidas especiales de discriminación positiva a favor de las personas trans que tanto necesitan una alternativa laboral que las aleje de la marginación. Ni pensemos en la oportunidad de esta fecha para que las ONGs anuncien que, dentro de sus itinerarios de intervención social, han incluido la variable de la diversidad sexual sin sombra alguna de patología.

viernes, 1 de julio de 2016

Manifestación del Orgullo en Nueva Zelanda en 2014 en la que los manifestantes llevan carteles de apoyo a Ihar Tsikhanyuk © Amnesty International

Personas de todo el mundo sufren numerosas violaciones de derechos humanos debido a su orientación sexual, su identidad de género y/o la manera en que expresan este. Para Amnistía Internacional cada una de las violaciones de derechos humanos que sufren las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBTI) tienen nombres y apellidos, y para cada una de ellas pedimos verdad, justicia y reparación. En una fecha como la de hoy, en la que se celebra la Marcha estatal del Orgullo LGBTI en España, cuatro miembros del colectivo LGBTI y sus familias siguen esperando que se haga justicia. Son la mínima parte de una realidad que preocupa y denuncia Amnistía Internacional a través de sus informes, acciones urgentes y trabajo de incidencia.