lunes, 21 de agosto de 2017

El caso de Juana Rivas: ruido y oportunidad perdida

Juana Rivas, en el centro con un pañuelo, en una manifestación para evitar la entrega de sus hijos al padre, condenado por violencia de género.
Aceptar la idea de que un hombre cuando agrede a la madre de sus hijos deja de ser un buen padre es algo que cuesta. Existe resistencia a ver la evidencia, incluso entre quienes están concienciados con la lacra de la violencia de género. Dos años después de que se aprobará la Ley de Infancia y Adolescencia todavía no se ha incorporado al pensamiento colectivo ni a la práctica judicial lo que entonces legalmente costó reconocer: que los niños, niñas y adolescentes que viven en un contexto de violencia de género también son víctimas de esta, al margen de que solo la presencien o la sufran personalmente. Desde ese momento, en nuestro ordenamiento, se les señala como víctimas del maltrato y hay juristas especializados como la fiscal decana de Málaga, Flor de Torres, que hablan de una nueva figura: el maltrato infantil de género.

jueves, 17 de agosto de 2017

Si odiar se pone de moda, tú pierdes

Foto: EFE
Odiar no es un delito, y en las redes sociales ha dejado de estar mal visto. Para muchos es una nueva forma de “conversar”. Usted puede odiar todo lo que desee y expresarlo hasta ofender. Le ampara la libertad de expresión. Búsquese un avatar y un nombre ficticio que le dé seguridad. Aparente pertenecer a un grupo, cuanto más blanco, ortodoxo, normativo y feroz, mejor.

Tenga en cuenta que puede llegar a odiar hasta el infinito y más allá si insulta a feministas, musulmanes, migrantes, gitanos, defensores de DDHH, negros,.. y por supuesto, a cualquiera de los miembros del colectivo LGBT.

Es importante que usted llegue a creer que todo vale dentro y fuera de la red porque el delito no es odiar en sí. Lo es vejar, amenazar, calumniar, movilizar a la violencia… No se preocupe por los límites que para eso ya está el Ministerio Fiscal.
Odie como si no hubiera un mañana, desahóguese como lo hace Trump. Indígnese, exprésese, insulte a lo troglodita, no hace falta que utilice la ironía fina ni el sentido del humor, embrutezcase. Esté tranquilo tras su avatar que, por ahora, los insultos a colectivos vulnerables no interesan, y menos a la Audiencia Nacional. La libertad de expresión es especialmente laxa, cuando les afecta a ellos qué más da.