Defender el mural en las calles y, si hubiese hecho falta, defenderlo también en los tribunales. El Pleno del Ayuntamiento de Madrid da marcha atrás y deslegitima la decisión que adoptó una Junta Municipal, hace unos días, de borrar un mural feminista. Una obra colectiva y vecinal que –a juicio de Vox (proponente), Ciudadanos y PP (que votaron a favor)– contenía un mensaje político por retratar a 15 mujeres que lucharon y luchan por la igualdad. Una decisión de eliminarlo que, para el alcalde de Madrid, era tan democrática como, en su momento, había sido la de ponerlo. Un punto de vista alarmante teniendo en cuenta su cargo, su formación y su papel.
La afirmación de Martínez-Almeida es inquietante, casi más que el acuerdo que impulsó la extrema derecha. Lo de Vox no es de extrañar, está muy en línea con su idea de hacer de España un país de imbéciles (que diría Unamuno) y de desmemoriados. Sin embargo, que el alcalde de una capital europea (además de abogado del Estado y portavoz del Partido Popular) banalice con la damnatio memoriae (la condena a no existir) de una obra vecinal dice mucho de hasta qué punto Vox y PP son la misma ideología. Uno hace el papel de poli malo autoritario y el otro hace el de poli bueno neoliberal, y mientras, Ciudadanos no sabe si viene o si va.