jueves, 17 de septiembre de 2015

Y los españoles, ¿qué estarían dispuestos a hacer por los refugiados?



En España, los ciudadanos se hacen cargo –de manera prácticamente unánime– de la dramática situación que están viviendo los refugiados que llegan a Europa. Solo uno de cada diez se opone a que su localidad forme parte de la Red de Ciudades Refugio propuesta a finales de agosto por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y que sigue recibiendo adhesiones. 

Sin embargo, los españoles no se conforman con aprobar ese gesto incuestionable de hospitalidad sino que están dispuestos a ir más allá. A través de un sondeo realizado por Metroscopia, se hace inventario sobre qué estarían dispuestos a hacer los españoles ante la crisis de los refugiados. La respuesta general es mayoritariamente favorable a ayudar a través de pequeñas subidas de impuestos (61%), donaciones personales (71%) y colaborar como voluntarios (71%).



Las españolas y españoles están dispuestos a ayudar por igual, el cómo depende de la edad.

El deber de solidaridad que sienten los españoles ante el drama de los refugiados no distingue de género y las pequeñas diferencias (apenas reseñables) que se observan dependen más de la edad y del para qué. Lo más jóvenes -de entre 18 y 34 años- son los que en mayor medida se ofrecen (tres de cada cuatro) a realizar donaciones personales y a colaborar como voluntarios. Los mayores de 65 años –que están a favor de forma casi unánime a que sus ciudades formen parte de la Red y dispuestos en igual medida que el resto a colaborar económicamente- se muestran algo más reticentes a prestarse como voluntarios a las tareas de asistencia a los refugiados, cuatro de cada diez de hecho, se niegan.




Los ciudadanos que están en paro quieren ayudar pero no necesariamente con dinero.

A pesar de que la crisis en España se califica principalmente como económica, las dificultades que atraviesan los ciudadanos para llegar a final de mes no representan un impedimento para que en su mayoría se muestren favorables a una pequeña subida de impuestos (61%) y a realizar pequeñas donaciones (71%). Sin embargo, la situación no es igual para todos y son las personas que están en paro las que, en comparación con el resto, se muestran menos partidarias a esa subida de impuestos (a favor, el 49%) y de dar un donativo (63%). No obstante, los que están en paro encuentran en la colaboración como voluntarios la mejor forma de materializar su querer ayudar a los refugiados y, junto con los estudiantes, son los que en mayor medida (cuatro de cada cinco) estarían dispuestos a dedicar su tiempo a asistirlos una vez estén en España.



Los potenciales votantes de Podemos, los más solidarios.

Si se trata de subir impuestos, -y que por tanto sea el Estado quien asuma su parte de responsabilidad en la atención de los refugiados- las diferencias entre los potenciales votantes de Podemos (72%) y de Ciudadanos (59%) son de más de 10 p.p. (puntos porcentuales). Sin embargo, es necesario resaltar que la opinión mayoritaria que prima en ambos casos es favorable a ese pequeño incremento, al igual que los posibles votantes del PP (64%) y el PSOE (60%), ambos por delante de los de Ciudadanos. A la hora de realizar una pequeña donación, estarían dispuestos tanto los potenciales votantes de Ciudadanos (79%) como de Podemos (77%), seguidos muy de cerca por los del PSOE (72%) y el PP (68%). Las diferencias entre unos y otros apenas tienen valor y la foto del conjunto nos muestra la imagen de una sociedad solidaria que ve con claridad que es necesario hacer algo, aunque sea poniendo dinero de su propio bolsillo. Es en el cuerpo a cuerpo con el refugiado, es decir en asistirlos como voluntario, donde los potenciales votantes de Podemos (81%) expresan mayor disponibilidad mientras que los votantes del PP –a pesar de tener esa voluntad- lo hacen a casi 20 p. p. de distancia.



El ofrecimiento mayoritario de los españoles a ayudar a los refugiados refleja la imagen de una sociedad que concuerda con la que, en estos últimos años, viene mostrando: una sociedad que se indigna ante la injusticia, que se implica personalmente para ayudar al que lo necesita y que entiende la solidaridad como parte de su deber cívico. Los ciudadanos, en su conjunto, dan una lección de ejemplaridad, aunque siempre se pueden hacer matices respecto a lo que se entiende o no por solidaridad.