sábado, 2 de mayo de 2015

Prohibido prohibir donar sangre

Análisis publicado en 20Minutos  (blog 1 de cada 10)
 
Fotografía de Antonio
Denme un ratito, que antes de entrar al tema les quiero explicar una cosa. Los homosexuales somos uno de esos colectivos especialemente vulnerables a sufrir violencia y a ser estigmatizados, y por tanto a ser discriminados. No en vano en diez países la homosexualidad se castiga con la pena de muerte, y en otros 80 con penas de años de cárcel y castigos físicos. Entre esos colectivos vulnerables -además de los homosexuales (bisexuales y personas trans), y no solo- se encuentran las mujeres o aquellas personas cuya religión u origen racial o étnico les hace ser objeto de ataques xenóbofos. Y es que son nuestras caracteristicas personales las que motivan el trato injusto y estigmatizante que puede desembocar en actos de hostigamiento, persecución y violencia. Es por esto que todos los países que se jacten de respetar los derechos humanos deben proteger a los colectivos vulnerables de manera especial. Sin embargo, hay dos excepciones en las que es posible ceder al principio de no discriminación: razones de seguridad y para proteger la salud pública.
Vamos al tema. El fondo de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) es justamente, si la prohibición existente de donar sangre por parte de los hombres homosexuales debe o no mantenerse en Francia cuando lo que (supuestamente) está en juego es preservar la salud pública. Y es precisamente este punto de partida (provocado por la consulta que se le hace al tribunal) el que es perverso e inaceptable, el que esconde en sí el argumento homófobo. Su mera formulación es de por sí discriminatoria y estigmatizante, y al aceptarla el tribunal da por válida una relación que pone en el centro del debate a la orientación sexual del sujeto y no las conductas de riesgo de la población independientemente de su orientación.

Si la justificación de la prohibición es que en Francia (entre los años 2003 y 2008) los hombres homosexuales eran la población más afectada por el VIH, los residentes en el país galo deberían preocuparse. Siendo igual de enrevesada otra posible interpretación, se podrían poner en cuestión que las técnicas de detección de enfermedades en la sangre donada sean allí lo suficientemente seguras. Y llevado al disparate, igual debería prohibirse donar sangre a los hombres en general, puesto que ellos son los que “representan el mayor riesgo de contagio de la enfermedad” en Francia al igual que en España (donde al menos el 80% de las personas con VIH son hombres) Por cierto, en nuestro país no existe ninguna prohibición a donar sangre ni por razón de género ni por razón de orientación sexual, y se asegura desde los organismos oficiales que cada muestra de sangre se analiza para excluir la presencia de virus como el VIH.

Llama la atención que el TJUE inste a Francia a indagar en si su argumento cientifico de que los gays sean los más afectados por el VIH sigue siendo válido 7 años después, en vez de hacer referencias a otras evidencias cientificas bien cercanas como es, precisamente, el caso de España donde sin existir prohibición de donar sangre a los homosexuales- no ha habido ni un solo caso de transmisión del VIH en los últimos 10 años a través de una transfusión de sangre. Mayor argumento científico no hubiera encontrado el tribunal que el caso de otro país europeo donde las relaciones homosexuales no se asocian a riesgo sino a familia, amor, igualdad y ciudadanía y en ese sentido no hay problema alguno de contagio del VIH a través de las donaciones de sangre. ¿O es que acaso los sistemas de detección de enfermedades en la sangre donada en Francia son peores que en España? De ser así, el problema de salud pública vendría provocado por el Estado francés y no por el hombre gay.

La prohibición de donar sangre a los homosexuales no es algo nuevo aunque ahora todo el mundo hable de ello. Junto con Francia hay otros 30 países que prohiben donar sangre a los homosexuales de manera permanente: Alemania, Argelia, Argentina, Austria, Bélgica, Brasil, China, Colombia, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Filipinas, Grecia, Hong Kong, Irlanda, Irlanda del Norte, Islandia, Israel, Malta, Noruega, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Suiza, Tailandia, Turquía, Venezuela. Estados Unidos está en vías de salir de esta lista de prohibir sin matices la donación de sangre a los homosexuales.

Resulta paradójico que el TJUE se meta en un argumentario que hace asociaciones tan peligrosas y que pueden dar alas a los homófobos que tienen posiciones de poder, cuando ya están siendo utilizadas ‘estas excepciones’ para restringir derechos en países desarrollados. Por ejemplo, el Gobierno Serbio cuando suspende las marchas del Orgullo para supuestamente garantizar la seguridad de los manifestantes pero que en realidad está restringiendo su derecho a la libertad de expresión. Dicen diferentes organizaciones de derechos humanos que la seguridad de los manifestantes se garantiza protegiéndoles e investigando las agresiones que sufren no privandoles del derecho a la libertad de expresión cuando están en peligro. O el caso de Rusia, que esgrime prohibir toda manifestación pública e información objetiva de temática LGBT porque puede confundir a los menores de edad al mostrarles las relaciones homosexuales como algo atractivo y positivo. Las autoridades rusas dicen que al hacerlo protegen la salud mental de las niñas, niños y adolescentes, sin embargo se han incrementado de manera muy alarmante la violencia contra los homosexuales, bisexuales y personas trans, que ahora se encuentran más desprotegidos que nunca (especialmente los menores LGTB)

Asociar un colectivo -como el de los homosexuales- con posibles riesgos para la salud pública o para la seguridad, es tergiversar la razón que llevó a contemplar estas dos excepciones al principio de no discriminación. La resolución del TJUE es decepcionante, tal y como lo ha expresado el Intergrupo LGBT del Parlamento Europeo. La salud pública en materia de transmisión de enfermedades, tiene que ver con la atención médica adecuada, las conductas de riesgo y con los medios destinados a la prevención. Dar válidez a un argumento que afirma que por ser homosexual se tienen más conductas de riesgo es prejuzgar, y sobretodo es ignorar la realidad, incluida la del propio colectivo homosexual en el que nos encontramos a muchos heteros “de día” que nunca reconocerán su ‘homo/bisexualidad’ cuando les pregunten al ir a donar. Lo que mal empieza dicen que mal acaba, veremos lo que da de sí la puerta que se ha dejado entre abierta en Europa, mientras en España podemos (por ahora) estar tranquilos porque la reacción general ha sido unánime. Gracias