jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Queremos acabar con el hambre en el mundo?

Publicado en el Blog 3500 de El Pais


@oxfamintermon. Por Pablo Tosco

Las estimaciones más recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) indican que el número total de personas subalimentadas en todo el mundo ha disminuido un 17 % en las últimas dos décadas. Sin embargo, ocho de cada diez españoles (79 %) -datos de Metroscopia- opina que hay cada vez más personas que pasan hambre en el mundo. El ritmo de los avances en la lucha contra el hambre es lento y la propia Naciones Unidas reconoce que la meta fijada -con motivo de los Objetivos del Milenio- de reducir a la mitad el número de personas hambrientas, es inalcanzable en este momento. El logro es insuficiente y los ciudadanos más que percibir el progreso que menciona la FAO observan que sigue habiendo demasiadas personas que pasan hambre en el mundo y que los organismos responsables están lejos de dar con la solución definitiva.

En este momento, uno de cada ocho habitantes en el mundo -842 millones- sigue pasando hambre crónica. Organizaciones como la ONU, el Banco Mundial y las ONG coinciden en que es posible acabar con el hambre siempre y cuando se redoblen los esfuerzos en la dirección adecuada, y que piensen más en el interés común y menos en los intereses de las grandes corporaciones.

Los avances en la reducción del hambre son significativos pero existe un alto riesgo de que la situación alimentaria empeore si no se promueven cambios radicales en la forma en la que se producen, distribuyen y consumen los alimentos, tal y como explica Oxfam Intermón en el informe "Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos".

Tres de cada cuatro españoles coincide con esta ONG en que si existiera un compromiso serio por parte de todos, sería posible solucionar este problema de manera definitiva. Los primeros en reconocer que todavía pueden hacer mucho más para luchar contra el hambre son los propios ciudadanos, tal y como afirman siete de cada diez. Sin embargo, cabe la duda de que los ciudadanos sepan bien qué hacer más allá de canalizar su indiscutible solidaridad en acciones e iniciativas dirigidas a dar, o hacer llegar, alimentos a las personas y los lugares donde no los hay. Es posible que falte conocimiento, además de implicación, en un problema que solo parece preocupar cuando es propio o cercano.

Los Estados -mal valorados por los ciudadanos en el papel que desempeñan para que haya menos personas que pasan hambre- y las ONG -que sí cuentan con el reconocimiento y estima de la sociedad española en la lucha eficaz contra este problema- tienen mucho que hacer y mucho que decir a los ciudadanos sobre cuáles son las acciones y el formato de ayuda que resolverá definitivamente el problema del hambre a escala mundial y a nivel nacional.

Se saben cuáles son las causas y se afirma conocer las respuestas que terminarían con el hambre mundial. Puede que sea el momento de repensar y cambiar las preguntas: ¿quieren los países, las empresas, las organizaciones sociales y los ciudadanos acabar con el hambre en el mundo habiendo alimentos suficientes para toda la población? Si es que sí, hagámoslo y asumamos que quien algo quiere algo le cuesta.


Los datos aquí expuestos han sido elaborados por Metroscopia para el informe de Oxfam Intermon "Acabar con el hambre está en nuestras manos" .