miércoles, 31 de agosto de 2016

Si eres homosexual, ¿es el budismo tu religión?

Pareja de taiwanesas protagoniza primera boda gay budista / Foto de EFE
Hace justo un año, el medio digital Shangay.com se hizo eco de un estudio que concluía que, de entre todas las religiones, la menos homófoba es la budista.

El estudio, de Journal of Homosexuality, afirmaba que las religiones son el factor más determinante a la hora de configurar una sociedad más o menos tolerante a la homosexualidad. La religión y las creencias afectan en nuestra forma de ver la vida.En los países donde la religión tiene mayor influencia se dan sociedades más hostiles a las personas homosexuales, salvo en el caso de los budistas.

jueves, 25 de agosto de 2016

Pray for Burkini

Foto: Sebastian Nogier / EFE
Los atentados de París marcaron un antes y un después en el trato que Europa está dando a las personas que practican el Islam. Aquel viernes 13 de noviembre será recordado como una fecha infame por el horror de aquella masacre y por la respuesta de las autoridades galas que, tras la acción terrorista del ISIS, habló de declaración de Guerra y decidió suspender la Convención de Derechos Humanos.

Aquella fecha, paradójicamente, también dejó una consigna pacifista: Pray For París. La invitación al rezo por el ataque de un estado islámico a una sociedad laica se convirtió en la expresión más viral de solidaridad de aquellos días. Un apoyo no solo a las víctimas y supervivientes sino también a la paz. Desde entonces, cada vez que sucede un atentado (especialmente en una ciudad europea), se sigue ondeando ese mensaje cual bandera pacifista. Sin embargo, también a partir de aquella fecha, en las redes sociales (y no solo) se ha ido incrementado el odio hacia el musulmán, la islamofobia. 

viernes, 19 de agosto de 2016

La historia de la foto de las dos mujeres bailando un tango

Ultima foto de Ekatherina Khomenko en su red social
Ekaterina Khomenko tenía 29 años cuando la mataron.

Un trabajador de la limpieza la encontró en su vehículo la madrugada del 7 de setiembre de 2014. El motor estaba todavía en marcha. La habían degollado; un corte de cuatro pulgadas atravesaba su garganta. Ekaterina era abiertamente lesbiana y daba clases de tango a parejas del mismo sexo. En un primer momento, la policía rusa barajó, extrañamente, la hipótesis del suicido. Su interés principal, tal y como denunció su padre, era saber si Katya (como la llamaba) consumía drogas, tenía problemas financieros o tendencias auto lesivas. En absoluto barajaron la posibilidad de que hubiera sido asesinada por su orientación sexual. Como tantas veces sucede en los crímenes de odio por género, y muy habitualmente en la Federación Rusa, se sembraron las dudas antes sobre su personalidad, culpabilizándola, que sobre otros posibles motivos, más pausibles, relacionados con terceros.